Cómo lidiar con la tragedia y controlar tus emociones
Ante la tragedia, puede ser difícil saber cómo seguir adelante con nuestras vidas. ¿Seguimos simplemente como si nada hubiera pasado? ¿Cómo lloramos sin formar parte del dolor y el sufrimiento que vemos a nuestro alrededor?
Manejar nuestras emociones en tiempos de tragedia puede ser abrumador y confuso. Especialmente cuando esa tragedia nos ha dejado cuestionándonos no solo a nosotros mismos, sino también a la estabilidad de la vida, la humanidad o incluso nuestras creencias espirituales. No hay una forma correcta o incorrecta de reaccionar ante la tragedia, cada uno de nosotros solo es capaz de manejar nuestro dolor de la mejor manera que actualmente sabemos cómo hacerlo. Existen Hay muchas razones para seguir adelante cuando la vida se pone difícil. Pero cuando el dolor o la conmoción de la tragedia aún es crudo y necesitamos respuestas, ¿qué hacemos?
4 maneras de controlar tus emociones
1. Honra tus sentimientos
Ante una tragedia o dolor, es importante que no evites tus sentimientos. Permita que su dolor salga a la superficie, no permita que se infecte en silencio dentro; solo reaparecerá con mayor fuerza en una fecha posterior.
Ponerse en contacto con sus sentimientos de dolor le permitirá procesar mejor sus emociones, suavizándolas gradualmente hasta que pueda reemplazarlas con un mayor amor.
Si puede comprender cómo se siente y aceptar la forma en que se siente, puede ser más fácil trabajar para cambiar y mejorar la forma en que se siente. Trata de no ignorar cómo te sientes o mantén tus emociones reprimidas.
2. Negarse a ser la víctima
Cuando presenciamos una tragedia o conocemos a seres queridos que han sido heridos, fácilmente podemos sentir que nosotros también somos las víctimas.
Sin duda, cuando vemos a un prójimo sufriendo, como seres conectados, también sentimos su angustia.
Sin embargo, aunque ser parte de ese dolor es natural y un refuerzo de su conexión con quienes lo rodean, para honrar a los que sufren, debemos elegir elevarnos por encima de la mentalidad de "víctima".
Usa tu empatía y amor para convertirte en la persona más fuerte, capaz de actuar de una manera que sea productiva tanto para ti como para los que puedan estar sufriendo.
3. Llegar a otros
En tiempos de desesperación, es más importante que nunca sentirse cerca de los demás. Es durante una tragedia que recordamos cuán conectados estamos como seres; de cómo el dolor de una persona puede ser una razón para llorar a toda una nación.
Entonces, cuando está luchando para lidiar con una diatriba de emociones, simplemente busque estar más conectado con los demás. Estar más en sintonía con las energías de los que te rodean; comparte su dolor, deja que te vean junto a ellos y permite que ser parte de algo más grande que tú te sane en el proceso.
Trata de no reservarte todo y lidia solo con tus luchas. Encuentre a alguien en quien pueda confiar y alguien que usted conozca estará allí para ayudarlo y explique cómo se siente. Puede que ni siquiera tengan las palabras para ayudarlo, pero solo tener a alguien que lo escuche puede hacer que se sienta mucho mejor.
4. Sé la luz
Cuando intentas superar tus emociones después de una tragedia, lo más importante que puedes hacer es convertirte en la luz que otros necesitan ver. Trabaja en elevar tus energías positivas; práctica amarte a ti mismo, tus seres queridos, incluso extraños más que nunca antes. Al hacerlo, te convertirás en un faro de amor muy necesario, contribuyendo a cancelar la oscuridad con tu propia luz amorosa.
Navega en tiempos difíciles con un propósito claro. Tu propósito, amarte a ti mismo, al mundo y a todos en él con mayor convicción, mayor fuerza y mayor coraje que nunca. Es en este amor abrumador que encontrarás tu habilidad para sanar y, como resultado, ayudar a sanar el dolor de los demás también.
En tiempos de júbilo y de tragedia, nadie está solo. Deje que esto le dé el coraje que necesita para forjar una vida pacífica, feliz y auténtica, independientemente de lo que la vida pueda tener para ti.